¡Hola! Mi nombre es Román Manuel Postigo Sánchez y soy graduado en Estudios Internacionales
por la Universidad Carlos III de Madrid. Del 18 al 29 de junio tuve la oportunidad de participar en
la segunda edición del programa Let´s Cooperate 2.0. El proyecto nos brindó la oportunidad de
trasladarnos a Barzio, un pequeño municipio alpino de mil habitantes situado en la provincia de
Lecco, en la región de Lombardía. El programa reunía 24 personas en total de cuatro
nacionalidades diferentes: polacos, italianos, holandeses y españoles. Let´s Cooperate 2.0 se hizo
cargo de nuestra manutención, diseñando una dieta hecha con productos locales y estrictamente
vegetariana.


Durante los diez días que duraba el proyecto pudimos conocer a fondo la labor del Centro
Orientamento Educativo (COE), asociación en cuya sede nos hospedábamos. Sus valores se
basaban en la promoción de las ideas de inclusión, ciudadanía global y solidaridad. Entre todos los
proyectos que llevan a cabo, nos familiarizaron especialmente con Alma de Colores, un programa
de cooperación basado en Guatemala con especial atención las personas con discapacidad. Para
aprender de este programa, por las mañanas combinábamos las visitas de personal involucrado en
el proyecto, que nos exponían su función en Alma de Colores, con sesiones de meditación,
mindfulness, y dinámicas de grupo que ayudaban a acercar a todos los participantes entre sí.

De las actividades que podría destacar, me quedaría con la visita de Patrizia Sacca, experta en pin
pon paralímpico, que nos enseñó a conducir clases de yoga inclusivo para personas en silla de
ruedas. Ello supuso mucho para mí y el grupo en general puesto que entre nosotros había una
chica con parálisis cerebral que pudo participar plenamente de las dinámicas grupales gracias, en
parte, a este tipo de iniciativas. Nuestro tiempo libre lo dedicábamos a jugar al pin pon, a saborear
los helados de la plaza del pueblo, a bailar y a explorar la región.
De lo que más he apreciado en este viaje ha sido el vínculo que hemos establecido entre nosotros.
De Barzio vuelvo con 23 amigos más, entendiendo las dificultades a las que se enfrentan
cotidianamente las personas con discapacidad. He comprendido la cantidad de valores y causas
comunes que nos unen a personas con fondos tan diferentes y de procedencias tan distintas.
Por todo ello estoy agradecido al Programa Erasmus+ como a las Niñas del Tul por darme la
posibilidad de acudir a este maravilloso viaje