COMUNIDAD Y PRÁCTICAS VERDES EN LA INFANCIA
Vivir de manera sostenible no es tan complicado. Buena cuenta de ello lo han dado las personas a las que hemos entrevistado en nuestro podcast Green is Easy En nuestro tercer episodio hablamos con Irene, presidenta de la asociación Hijas de la Vega, un proyecto de crianza compartida ubicado en la Vega de Granada.
Para quienes no la conozcan, se trata de una zona de huertas junto a la ciudad que ha logrado mantenerse libre de la expansión urbanística a lo largo de los años. La Asociación Hijas de la Vega es un colectivo formado por once familias que han apostado por un modelo de educación activa, libre y respetuosa. Y, como no, en contacto con la naturaleza. Su espacio, una cabaña de bioconstrucción rodeada de huertos, gallinas y zonas de juego libre, permite que los niños y las niñas aprendan desde la observación y el respeto a la naturaleza, integrando de manera natural conceptos como sostenibilidad y cuidado del entorno a través de las actividades que realizan.
Para muestra, un botón. Llegar al cole en bici, consumir alimentos de temporada, locales y ecológicos. Realizar trueques de ropa y juguetes, compostaje, reciclaje. Aprender sin luz artificial, dejando que el sol marque el ritmo, usar el agua de la acequia con consciencia, vivenciar que no es un recurso que se deba malgastar. Jugar con materiales naturales, barro, piedras, hojas. Crear sus propios pigmentos, construir un hotel de bichos… Entender los ciclos de la naturaleza. Vivirlos. Crecer haciendo las cosas de manera diferente.
Tal como no explicó Irene, estas prácticas forman parte del día a día de las familias y, sobre todo, de los niños y las niñas, permitiéndoles aprender ciencias, matemáticas o legua sino también los ciclos de la vida, el respeto y la convivencia. Cabe destacar también que la asociación forma parte del Jardín del Decrecimiento, una red de colectivos y espacios que buscan promover una forma de vida más sencilla y menos dependiente del crecimiento económico. Frenar el consumo irracional, adoptar hábitos de vida más respetuosos con nuestro entorno, comprender que nuestros recursos no son ilimitados. Naturaleza, simplicidad y comunidad. Como dice Irene, quizás sería más adecuado hablar de crecimiento…
Para Irene, las prácticas verdes no solo son una tendencia, sino una necesidad urgente. A medida que la sociedad se enfrenta a los desafíos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, proyectos como Hijas de la Vega demuestran que es posible vivir de manera más coherente con el medio ambiente. Como ella nos explica, la transición
hacia una vida más sostenible requiere dedicación, imaginación y, sobre todo, un cambio en nuestros hábitos diarios.
Con su trabajo, Hijas de la Vega no solo contribuye a la preservación de un espacio natural único, sino que también se convierte en un referente para otras organizaciones y pequeñas empresas que buscan implementar prácticas ecológicas. La invitación es clara: “para la inercia y mira a tu alrededor”, reflexiona sobre tus decisiones diarias y busca
alternativas más conscientes.