Experiencia de Mila, Jorge, Nacho, Sergio y Celia

Intercambio en Viljandi (Estonia)
Preludio
Un nuevo proyecto se nos abre en nuestro camino.
Un nuevo viaje donde sabores y olores se extrañan al paladar. Donde conoces a personas
maravillosas, y quizás otras no tanto. Donde caminas y respiras aire de lugares que jamás
habrías transitado por ti mismo. Donde vives experiencias que posteriormente se añaden al
álbum de tus recuerdos para siempre. Donde cada risa será un eco eterno en tu vida. Donde
cualquiera puede enseñarte algo, por pequeño que sea. Y a pesar de las diferencias
lingüísticas, de cultura, o de sexo, comprendes. Porque aprendes a escuchar con el corazón.
Cada momento es único, y de eso tratan estas experiencias. De abrir tu mente, afinar tus
sentidos, y sacar lo máximo de ti y de cada momento que se presente.
Y hazlo… porque son irrepetibles.
Todo esto, y muchas más cosas que cuestan expresar con palabras, son lo que descubres
gracias a los programas Erasmus Plus.

 

Comienza nuestra experiencia
Hace menos de un mes que cinco jóvenes de distintas partes de la península nos hemos ido de
Youth Exchange a Kildu (Condado de Viljandi), diciéndolo así suponemos que no tendréis ni
idea de donde está, pero en realidad es un precioso lugar, y bastante aislado, en Estonia.
El nombre de nuestro proyecto era “consPIRACY”, donde investigamos y aprendimos sobre
las conspiraciones mediáticas más sonadas y también cómo la prensa y las redes sociales nos
manipulan día a día.
Un topic interesantísimo, pero lo que lo hizo todavía más, fue la presencia de los países
invitados, muy distintos entre ellos, lo que fomentó en todo momento la plena diversidad de
opiniones. Fue esa una de las maneras de ver la influencia de la prensa/medios de
comunicación en nosotros día a día y dependiendo de cada país del mundo.
No podemos olvidarnos de mencionar las noches interculturales, ya que teniendo como países
participantes a Holanda, Georgia, Palestina, Eslovaquia y Estonia, cada velada fue única
gracias al involucramiento de cada uno de ellos. Nuestra noche no fue para menos, hicimos
en el propio hostel dos tortillas y dos tremendas ollas de sangría, además de haber llevado
embutidos, vinos, licores, quesos y gazpacho. Un sangría-pong, clases de flamenco y
musiquilla española. Un éxito!
El hostel, a pesar de estar prácticamente en el medio de la nada, era muy acogedor y nuevo,
antiguamente un colegio. Había hasta un centro de equitación donde en nuestros ratos libres
podíamos tomar clases, y sauna nights, algo muy típico en Estonia para combatir el frío
invierno. ¡hasta nevó!
En definitiva, una gran experiencia para los que ahora somos unos grandes amigos.

 

Mila, Jorge, Nacho, Sergio y Celia.