Experiencia de Raquel

Intercambio juvenil en Lviv, Ucrania, 2019.

No era la primera vez que participaba en un proyecto europeo, pero si que encontraba uno que tenía lugar en Ucrania. Para mi era un país totalmente desconocido y estoy realmente contenta de haber tenido la oportunidad de asistir a este intercambio juvenil ya que he tenido la posibilidad de aprender muchísimo acerca de su historia y cultura. Hay que decir que todo fue mucho más fácil gracias a la gran ayuda y a los numerosos consejos de Sara, de la asociación.

Decidimos irnos unos días antes para visitar Kiev y también poder conocernos más entre nosotros. Allí hicimos un free tour para conocer un poco de la historia, probamos la comida típica y visitamos el metro más profundo del mundo. También tuve la oportunidad de realizar una visita guiada en Chernóbil (muy recomendable).

El proyecto se desarrolló en un hotel a las afueras de la preciosa ciudad de Lviv. Estuvimos toda la semana rodeados de unos preciosos lagos y en los momentos en que el tiempo lo permitió realizamos las actividades en el exterior. Acudí a este proyecto como líder y para mi fue un reto, a la misma vez que una gran experiencia. Eramos unos 30 jóvenes de España, Alemania, Lituania, Turquía, Georgia y Ucrania. Estuvimos durante una semana trabajando en el tema de los estereotipos culturales con actividades muy dinámicas, lo que permitió aprender a la misma vez que nos divertíamos. Desde el primer momento hubo mucha conexión entre el grupo y los días fueron bastante intensos.

Para mi la actividad más divertida que recuerdo fue una representación por países sobre los estereotipos que se tenían sobre el resto. Aparte de la graciosa representación que hizo Georgia sobre España, esta actividad me hizo darme cuenta del gran desconocimiento que teníamos de la mayoría de los países que en el proyecto participaban. Por otra parte, algunos días teníamos noches interculturales, donde los países hacían exposiciones sobre datos curiosos e historia de sus países, probábamos la comida típica y aprendíamos sus bailes.  Quizás la única pega que le pondría al proyecto sería la comida, ya que no había demasiada variedad.

Para mi han sido unos días inolvidables y me gustaría animar a todos a que hagan este tipo de proyectos… Son una experiencia única para salir de nuestro círculo de confort, mejorar nuestro inglés, hacer amigos de todo el mundo y sobre todo conocernos más a nosotros mismos.

No me gustaría acabar sin dar las gracias a la gran familia española, por toda su participación y colaboración y por su constante energía positiva.